El otoño ha llegado a nuestras cocinas, y con él un buen número de productos de temporada que podemos incorporar a los menús. Con la gran cantidad de castañas que tenemos en casa, hemos decidido que bien podían acompañar un Solomillo de cerdo guisado.
En Galicia, antes de la llegada de las patatas del «Nuevo mundo», la castaña era un pilar fundamental de la dieta de las familias. Hoy en día ha perdido protagonismo, así que vamos a darle un poco de apoyo con nuestras recetas.
El solomillo de cerdo es la parte más tierna de la carne del cerdo. Puede cocinarse simplemente a la plancha, cortado en medallones, o también en el horno con la guarnición que más nos guste. En la receta de hoy, lo hemos hecho guisado, acompañado de champiñones frescos y de las deliciosas castañas de Galicia.
Ingredientes:
1 solomillo de cerdo (800 gr.)
1 cebolla mediana
1 puerro (parte blanca)
200 gr. de champiñones
100 gr. de castañas
1 chorro de vino blanco/ Pedro Ximenez / Oporto
Harina de trigo
200 ml. de caldo de verduras
Aceite de oliva virgen extra
Pimienta negra
Sal
Para 4 personas
Dificultad: fácil
Tiempo: 45 minutos
Preparación del solomillo con castañas y setas:
Las castañas:
Desde principios de otoño las encontraréis en mercados y tiendas. Si las compráis en fresco, o las tenéis de casa, observad que su piel sea brillante y su textura dura. Para conservarlas, lo idóneo es un lugar fresco y seco, en una caja abierta o sobre un periódico. Es recomendable que les «peguéis» un repaso visual, para seleccionar las buenas y desechar las estropeadas o con bicho.
Si usáis castañas secas, recordad que tenéis que hidratarlas en agua previamente (al menos 12 horas). Para conocer con más detalle todo lo relativo a la castaña, podéis echar un vistazo a la web de la IGP (Indicación Geográfica Protegida) de la Castaña de Galicia (pinchad en la imagen).
Lavamos y limpiamos las castañas. Les hacemos un pequeño corte en la parte inferior, como si fuésemos a asarlas. En una cazuela con agua hirviendo, las escaldamos durante 5-6 minutos.
Retiramos, y dejamos atemperar. En cuanto podamos echarles la mano, las pelamos y les retiramos la piel interior. Ayudaos de un cuchillo para hacerlo con facilidad. Reservamos.
El solomillo de cerdo:
Limpiamos la pieza de algunas partes de grasa que resalten, para quedarnos con la parte más noble de la carne. Salpimentamos al gusto la pieza entera de solomillo, lo pasamos por harina y lo marcamos vuelta y vuelta en una cazuela grande, con un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra. Queremos sellarlo para que luego quede tierno por dentro. Reservamos aparte.
Vamos con el guiso:
Limpiamos los champiñones con un papel de cocina, cortamos un poco del tallo en la parte inferior y luego los picamos en mitades.
Picamos la cebolla en juliana, y la parte blanca del puerro en brunoise (pequeños dados). En el mismo aceite de haber freído la carne, sofreímos las verduras durante 5 minutos a fuego medio. Salamos al gusto.
Añadimos un buen chorro de vino blanco (aquí también podéis usar un aromático como puede ser el Pedro Ximenez o el Oporto), y dejamos unos minutos, para que se evapore el alcohol.
Echamos el caldo de verduras (200 ml.) y trituramos con una batidora, hasta conseguir una salsa homogénea. Incorporamos el solomillo en la parte central, y luego repartimos por la olla los champiñones y las castañas.
Tapamos la cazuela y cocinamos a fuego medio/bajo durante 30 minutos. La salsa se irá espesando y el resto irá cocinándose lentamente. Cada 10 minutos, dadle la vuelta al solomillo, para que se haga por igual.
El emplatado:
Retiramos el solomillo de la cazuela y lo cortamos en medallones de unos 3-4 cm. de grosor. Presentamos en una fuente y repartimos la salsa, con los champiñones y las castañas.
Un plato muy otoñal, con el sabor de las castañas muy presente y que van de maravilla para hacer de guarnición al solomillo de cerdo. En cuanto a las setas, hemos utilizado champiñones para que os sea más sencillo, pero podéis utilizar igualmente Boletus, o cualquier otra seta que aguante los guisos.