Las natillas son un postre que todos/as tenemos marcado en nuestra mente desde muy pequeños. En casa seguro que vuestras madres y abuelas son expertas en prepararlas, creando momentos de felicidad en la cocina.
Hemos de decir que las natillas no se hacen solo a base de echar un sobre preparado en leche y a calentar. Las natillas caseras son otra historia, un auténtico placer.
Hoy las preparamos con Rebozuelos, una seta que va muy bien para los postres, al ser muy aromática y sabrosa.
Ingredientes:
1 litro de leche
8 yemas de huevo
150 gr. de azúcar blanco
2 cucharadas de Maizena (40 gr.)
Cáscara de naranja y de limón
4 rebozuelos o Cantharellus cibarius
Para 4 personas
Dificultad: fácil
Tiempo: 20 minutos
Rebozuelo (Cantharellus cibarius)
Esta seta, según la zona de España, adquiere diferentes denominaciones: cantarela, orejón, rossinyol, cabrita, chantarela, etc. Es de tamaño pequeño, con el sombrero en forma de copa, y en su conjunto muestra un color amarillo-yema. Tiene un agradable olor, especialmente afrutado, que nos recuerda al albaricoque o al melocotón.
Su temporada comienza a finales de verano y llega hasta el comienzo del invierno. Lo encontraréis principalmente en parajes con coníferas, robles y encinas. Le gustan las zonas húmedas y frescas.
Para esta receta recogedlos en el monte o compradlos frescos. En el frigorífico se conservan perfectamente 4-5 días. Su sabor dulce y afrutado lo hacen muy adecuado para elaborar postres con él.
Preparación de las natillas
Del litro de leche separamos una taza, que luego utilizaremos. El resto de la leche la pondremos a aromatizar. Lavamos el limón y la naranja, pelamos un poco de piel de ambos (sin parte blanca en el interior para que no amargue), y calentamos en una cazuela, a fuego medio.
Pasados 5 min, retiramos las pieles de fruta y añadimos los rebozuelos (ya limpios con un trapo húmedo) a la leche. Los mantenemos aromatizando la leche hasta que ésta comience con los primeros borbotones, a punto de hervir. Retiramos los rebozuelos y reservamos.
Mientras se calienta la leche, diluimos la Maizena (harina fina de maíz) en la leche que habíamos separado para que luego no se formen grumos. Separamos las yemas de las claras. Colocamos las yemas en un bol, añadimos el azúcar y batimos hasta conseguir una mezcla homogénea, que espumee ligeramente. Vertemos la leche con Maizena y mezclamos bien.
Tras quitar los rebozuelos de la leche, retiramos del fuego y le vamos añadiendo poco a poco la mezcla preparada, siempre sin parar de mezclar. Nos ayudamos de unas varillas o cuchara de madera, y siempre con movimientos en la misma dirección.
Es importante no parar de remover, de esta manera no se nos quemará la crema. La leche nunca debe de llegar a hervir. Poco a poco vamos comprobando cómo se va espesando y conseguimos el punto adecuado de las natillas.
Vertemos las natillas en los recipientes que más nos gusten y dejamos que enfríen a temperatura ambiente. Luego introducimos en el frigorífico.
Una vez pasada 1 hora, con la crema ya consistente, le añadiremos los rebozuelos como decoración. Hacemos un caramelo, impregnamos los rebozuelos con él y colocamos uno en cada natilla. Volvemos a introducir los recipientes en la nevera para que sigan enfriando hasta el momento de degustarlas.
Para ahorrar tiempo podéis usar un caramelo líquido ya preparado. Para hacerlo en casa, ponéis 100 gr. de azúcar a calentar en un cazo a fuego medio. Mezclamos bien y dejamos que se vaya haciendo lentamente.
Cuando veis que tiene el azúcar un todo dorado, retiramos del fuego y añadimos 50 ml. de agua caliente. Removemos hasta conseguir la textura deseada.
La primera vez que probé esta receta enseguida me enamoré de ella, el toque de los rebozuelos hace que las natillas adquieran un sabor inolvidable.
Esta experiencia fue gracias a Jesús Prieto Marquiegui, gran cocinero y experto en el mundo micológico, del Restaurante Serrano (Astorga, León). Además del cocido maragato, allí podréis disfrutar de una amplia carta de platos elaborados con setas.
Para seguir mejor el proceso completo, os dejo un Paso a paso de la elaboración de la receta:
Que no me habría yo tropezado con estas natillas cuando encontré los cibarius. Ahora ya no consigo encontrar el primero. El monte donde los encontré y todavía estaban brotando más, lo han desbrozado.
Bicos.
Hola Majes. A ver si las «xiadas» nos dan tregua y podemos volver a encontrar rebozuelos hasta final de año. También se pueden comprar frescos en algún mercado
Gracias por compartir su receta, me encanta la natilla.
Todavía estoy buscando en que momento se mezclan las claras de los huevos, o es que se deshechan?
Hola. En el texto de la receta pone que separemos las yemas de las claras y que solo se usan las yemas para hacer las natillas. Las claras nos e utilizan pero puedes aprovecharlas para otro postre en el que haya que montar claras por ejemplo: un tiramisú, una mousse, un bizcocho, etc
Muchas gracias por la respuesta! Probaré a hacer estas natillas que tienen muy buena pinta y a mis niños les encantan 🙂