En Galicia, mi tierra, la castaña es la reina del otoño. Los primeros “ourizos” (erizos con castañas) que caen a tierra nos anuncian que el otoño y sus buenos productos han llegado.
En la ciudad de Ourense se celebra el 11 de noviembre la fiesta de su patrón, el San Martiño, y es muy tradicional celebrar los “Magostos”, akelarre gastronómico donde están presentes los chorizos de cerdo, la costilla a la brasa (churrasco), el vino y las grandes protagonistas, las castañas asadas.
La consigna a seguir es que durante todo el año podemos utilizarla en nuestra cocina, ya sea para un puré, una sopa, una crema suave, como base de una salsa y por supuesto, para elaborar ricos postres como el que hoy he preparado: una dulce Crema de Castañas.
Como en otras ocasiones, me aprovecho de esa despensa de calidad que es la casa de mi abuela Inés, y he utilizado castañas ya escogidas por ella que están en perfecto estado. Una vez recogidas y seleccionadas, han estado en un lugar seco y fresco durante unos 20-30 días, momento en el que estarán en el momento idóneo para su preparación.
Desde comienzos de otoño ya las encontraréis en las tiendas y mercados. Si las compráis en fresco, comprobad que su piel sea brillante y su textura dura. Una vez en casa conservarlas en un lugar fresco y seco, seleccionándolas y desechad las que estén estropeadas o con bicho. Os recomiendo que no las almacenéis en bolsas de plástico, mejor en una caja abierta o sobre un periódico.
Ingredientes para un tarro de 250 gr.:
200 gr. de castañas crudas
250 ml de leche
100 gr. de azúcar moreno
1 membrillo fresco
Una piza de sal
Dificultad: Fácil
Tiempo: 45 minutos
Preparación de la crema de Castañas
Antes de ponernos con las castañas, pondremos la leche en un cazo y dentro de ella “infusionamos” un cuarto de membrillo fresco (pelado), que le aportará su rico aroma y sabor. La tendremos unos 15 minutos a fuego bajo con el fruto sumergido.
El membrillo está de temporada y es ideal para postres, pero aquí también hay margen de maniobra, si preferís podéis hacer esto mismo con vainilla o canela en rama.
Las castañas: Como os he comentado antes, es preferible usar castañas ya un poco secas, que no sean recién recogidas, ya que estarán más verdes y húmedas. Lo primero que haremos será lavar y limpiar bien las castañas para quitarle cualquier suciedad que puedan tener.
Les hacemos un pequeño corte, como cuando se hacen asadas, para evitar que puedan cocinarse mejor y también para evitar que pueda explotar alguna.
En una cazuela con agua hirviendo, vamos a escaldarlas durante al menos 5 minutos. Retiramos del agua, reservamos y en cuanto podamos “echarles la mano”, procedemos a quitarles la cáscara y la piel interior. Ayudaros de un cuchillo pequeño y con punta para retirar las pieles que están entre los pliegues de la castaña.
En el cazo de la leche, retiramos el membrillo y añadimos el azúcar. Removemos, echamos una pizca de sal y las castañas troceadas en cuartos (que queden sumergidas en la leche).
Llevamos a ebullición esta mezcla y en ese momento bajamos a fuego medio/bajo (num 4 en escala de 1-10), y cocinamos durante 20 minutos. El punto óptimo es cuando las castañas estén tiernas.
Vertemos el contenido del cazo en un mixer o en un vaso de batidora. Batimos/trituramos todo hasta obtener una crema homogénea, de textura suave y melosa, parecida a cuando hacemos crema de verduras. Si vemos que para nuestro gusto nos queda muy espesa, vamos añadiendo un poquito de leche mientras vamos batiendo la mezcla.
Retiramos la crema obtenida a un recipiente de cerámica (si vamos a consumirla al momento) o a un tarro de cristal, y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Para su conservación la tendremos en el frigorífico bien tapada y podremos ir utilizándola cuando queramos. Puede conservarse en óptimas condiciones sobre 10-12 días.
Para ver todo el proceso detallado, os dejo el paso a paso en esta galería de fotos de Flickr:
Que rica Rubén…pero vaya morro! Tienes que cogerlas, escogerlas y secarlas tú, así ya todo hecho, abusando de la güelina…ya te vale.
Lo del membrillo sí que no lo había oído nunca…me quedo con la copla.
Un abrazo.
Gracias Loly, está realmente deliciosa. Esta cae con unas filloas proximamente. Y en cuanto a la abuela, ya sabes que no dejan a uno hacer nada, y yo la consiento porque le hace ilusión. Cousas do campo…
Hola Rubén,
Soy una total fan de las castañas, y nunca habia visto esta receta con membrillo.
Me parece una idea genial, tiene que estar buenisima esta crema. Y la idea de comerlas con filloas también.
Prometo probarla, ya te contaré.
Hola Rubén,
Buscaba una receta para hacer filloas rellenas de boletus y crema de castañas y me encontré con esta crema dulce, que para lo que quiero hacer quizá no me sirva, pero si para postres.
Me parece muy original lo del membrillo y seguro que lo haré porque curiosamente los tengo a macerar para hacer Membrillo jejeje.
En horabuena por tus otras recetas. Me pareció muy interesante las torrijas con crema de orujo.
Hola Montse. Cierto, para rellenar tendrías que hacer la crema menos densa y cremosa, añadiendo leche condensada por ejemplo.
Pues me parece a mí que ninguen de vostedes, probou o membrillo de castañas; que puede hacerse igual que el membrillo de nueces con pedazos de castaña o con castañas enteras (eso si cocidas o mejor confitadas; o cociendo con los membrillos en proporción de 1 a 3 (1Kg de castañas y 3Kg de membrillo) igual pelados o sin pelar